Abarth Day 2016: allí estuvimos

La división más radical de Fiat, Abarth, organiza unas jornadas para clientes, entusiastas y curiosos de la marca. En estas jornadas pudimos ver y probar las últimas novedades de los italianos.

Este año tuvo dos particularidades, la primera, la presentación del nuevo 124 Spider y la segunda que el evento se celebró simultaneamente en el Circuito de Navarra aquí en España, en Nuvolari (Italia), en Nürburgring (Alemania) y Silverstone (Reino Unido).

La ocasión no era para desaprovecharla, así que allí nos fuimos.img_7647

Poco antes de las 9 de la mañana llegamos a Los Arcos (localidad donde se ubica el trazado navarro) y desde antes de entrar al recinto ya se respiraba la esencia de Abarth.

 

Minutos después nos esperaba un breve briefing donde los responsables de la marca nos pusieron al tanto de cómo iban a discurrir las actividades y que, tal como esperábamos, nos iban a poner los dientes muy largos con el 124 Spider en pista.

Casualmente, de todas las actividades programadas, a nuestro grupo le tocó la prueba del 124 Spider nada más empezar.

Al ir al box donde nos estaban esperando los instructores ya estaban también los coches preparados.

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Sobre el chasis del Mazda MX-5, que se envía desde Japón hasta Turín, Abarth monta a mano su 124 Spider animado por un motor 1.4 TB Multi-Air ya conocido en el grupo Fiat y puesto a punto para la ocasión.

La mayoría de las unidades que nos facilitaron probar montaban el cambio automático opcional (con un sobrecoste de 2.000€) con convertidor de par (recordemos aquí el post sobre cajas de cambio automáticas).

Esta caja de cambios nos dejó una sensación agridulce. Es rápida, pero no lo suficiente para el concepto de coche del que hablamos. Creemos que, pese a que somos defensores de las cajas automáticas, este coche se disfruta mucho más con cambio manual y se le saca todo su jugo.

Especialmente porque es un coche muy equilibrado para ser un bi-plaza deportivo con techo de lona y propulsión trasera, pero con un comportamiento bastante noble gracias al chasis de Mazda y a la buena puesta a punto de las ayudas electrónicas.

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Tras el contacto con el 124 Spider las azafatas nos llevaron a los boxes que Abarth había preparado como museo.

Allí tuvimos la oportunidad de ver algunos de los modelos, tanto de competición como de calle, más emblemáticos y que más historia han marcado dentro de la firma del escorpión.

Nos contaron cómo Carlo Abarth fundó la compañía en Bolonia en 1949 y cuya actividad comenzó preparando carrocerías para chasis de competición, así como luego también preparó motores y llegó a la alta competición.

También tuvimos a nuestra disposición a Rubén Wainberg, el responsable de diseño de los últimos Abarth. El argentino afincado en Italia escuchó nuestras dudas e invirtió un tiempo en explicarnos todos los detalles de la maqueta del Abarth 124 Spider con el que permiten competir el año que viene. Incluso, habló de una copa monomarca.

 

Tras la experiencia del museo vino el testdrive del 595 Competizione en pista.

Si tengo que resumir la experiencia con una sola palabra sería… ENAMORADO.

No es un coche amplio, no tiene 300 caballos, no gasta poco, no lleva la última dotación en asistentes a la conducción como sensores de ángulo muerto, asistencias al cambio de carril, etc… Pero para un tramo de fin de semana o una visita esporádica a circuito es, simplemente, genial.

Es ágil, divertido, de aspecto simpático y su precio parte desde unos 26.000€.

Lamentablemente, a esos 26.000€ hay que sumar el coste de un «primer» coche si necesitas un coche que no sea por capricho, pero desde luego para los que nos gusta esto, merece la pena hacer la inversión.

 

La sensación del coche es fantástica, pero la impresión general hubiera sido mejor todavía con una caja de cambios de 6 relaciones en las que las primeras marchas fueran incluso algo más cortas para hacerlo un punto más divertido.

Aún así, el largo trazado de Los Arcos no se le atraganta lo más mínimo y le planta cara a cualquier compacto deportivo.

Donde dio el «Do de pecho» fue en el «Mickey Mouse». Los circuitos «Mickey Mouse» son trazados entre conos, muy revirados, en los que un coche demuestra lo ágil que es y cómo es capaz de enlazar curvas.

Pocos coches hemos conducido que lo hagan tan bien como el Abarth 595. También es cierto que no es fácil encontrar un coche de su tamaño con estas prestaciones y que sea tan fácil de conducir y de llevar rápido.

Aquí, además de los Competizione también pudimos probar los 595 Turismo, un poco más parcos en detalles deportivos y con 160cv, pero igual de divertido.

 

En resumen, un día fantástico de la mano de Abarth y FGA Spain (Fiat Group España), a quienes tenemos que dar las gracias por habernos dado la posibilidad de asistir y disfrutar con ellos de un poco de su pasado y mucho de su presente y su futuro.

 

 

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